domingo, 27 de septiembre de 2020

One-eyed Jacks / El rostro impenetrable


"Now, it's a good picture for them [Paramount], but it's not the picture I made . . . now the characters in the film are black-and-white, not gray-and-human as I planned them." Marlon Brando


Todo en esta producción salió mal o al revés. Guiones recortados, directores despedidos...un proyecto titánico que supuso la única incursión de Marlon Brando en la dirección. Quizás decepcionado con la reacción del público, con las contínuas injerencias del estudio o sencillamente desilusionado con la experiencia, Brando decidió no volver a rodar. Sin embargo One-Eyed Jacks (1961) se considera a día de hoy una cinta de culto, un rara avis dentro del género del western. Se trata del último film rodado en VistaVision, un formato de alta resolución creado por Paramount Pictures, pensado para ver en grandes pantallas y que se utilizó desde 1953 hasta 1961 en todo tipo de películas, desde cine negro hasta westerns. Alfred Hitchcock usó VistaVision para la mayoría de sus films de los años 50. Vértigo, por ejemplo.

 El proyecto es de Brando desde el principio. El productor Frank P. Rosenberg, de la productora de Brando, Pennebaker Productions,  compró los derechos de la novela de Charles Neider “The Authentic Death of Hendry Jones” que en realidad hace referencia a la historia de Billy el Niño. El primer borrador del guión corre a cuenta de Rod Serling (The Twilight Zone) pero es rápidamente desestimado. Entonces deciden darle el encargo a Sam Peckinpah, que para entonces no era muy conocido en cine, pero sí en televisión.  El director elegido por la productora fue Stanley Kubrick, muy admirado por Brando como joven promesa y que por entonces había rodado Atraco perfecto (1956) y justo había terminado Senderos de gloria (1957). Sin embargo, a Kubrick no le gustó el guión de Peckinpah y lo despidió sin contemplaciones. Lo que quedó de Peckinpah en el filme final no lo sabremos nunca, y aunque posteriormente él reconoció como suyas dos secuencias del filme, nunca perdonó a Brando su obsesión por “santificar” a un personaje históricamente malo como Billy el Niño. Calder Willingham, guionista de Senderos de gloria se encarga pues de terminar la tercera versión del guión, que tampoco gusta a Brando. Guy Trosper lo acaba finalmente y así es como concluye el périplo del script. 

Sin embargo, tampoco sería Kubrick el encargado de dirigir One-Eyed Jacks. Después de todo el trabajo de guión, y a sólo dos semanas de empezar el rodjaje, harto de las excentricidades de Brando y de sus ansias de controlar la producción, Kubrick abandonaba el proyecto para marcharse definitivamente a Ingleterra, donde rodó  Lolita (1962).


 

Johnny Río (Marlon Brando) y Dad Longworth (Karl Malden) son dos bandidos que se dedican a atracar bancos en territorio mejicano. Pero uno de sus golpes sale mal y quedan cercados por la policía mexicana. Uno tiene que quedarse defendiendo la posición y el otro ir a por caballos frescos. Tras un gesto noble de Río, Longworth se marcha pero no duda en traicionar a su amigo, que pasará 5 años en una prisión mexicana alimentando ansias de venganza.

 

               Brando y Malden

   

En este punto, el filme se aleja del típico esquema del western clásico y camina hacia una mezcla de estilos (melodrama, thriller....) que es lo que lo hace realmente diferente. La interpretación de Brando, claramente basada en el “Actor’s studio”, es lo que no termina de encajar en toda la producción.  Karl Malden, sin embargo, que ya había coincidido con Brando en “A Streetcar Named Desire” y “On the Waterfront” está soberbio en su papel de antihéroe. El duelo de interpretaciones lo gana Malden, sin margen de duda. Otro acierto de la película son los actores secundarios; la mejicana Katy Jurado encarna a la mujer de Dad Longworth, con el que se casa para poder dar un hogar a su hija ilegítima o una principiante Pina Pellicer que se revela en este filme como una gran actriz dramática. La joven mejicana, más que Brando, es la que seduce al espectador y da veracidad a la historia de amor entre ambos. Seguro que el affair que mantuvieron durante el rodaje ayudó en eso. No me quiero dejar a Ben Johnson, un grande de los westerns que acabaría trabajando con Peckinpah, y que aporta la parte vil y canalla a la historia.

                                             Pina Pellicer y Marlon Brando

La cinematografía de la cinta se encomendó a Charles Lang Jr, un acierto de Brando que además le valió la nominación al Oscar ese año. Lang era un director de fotografía versátil, había rodado comedias con Wilder, cine negro con Fritz Lang y lo cierto es que se sale en este filme. Del polvoriento desierto de Méjico a la playa de Big Sur y Monterey, a él le debemos la difícil tarea de encajar la belleza de la playa en un western psicológico.

 

                        Charles Lang Jr y Brando

Cuando Brando entregó su película a la productora, después de dos años, y de haber triplicado el presupuesto original, ésta tenía un metraje de más de cinco horas. Inasumible para una película de estudio. La Paramount se encargó del montaje definitivo, usando un final alternativo que se aleja por completo de lo que había pretendido Brando para su personaje y que desluce sin duda la película. 

 Aún así, One-eyed Jacks es un western tan épico como atípico. Brillante en su ejecución y en sus interpretaciones, posee secuencias de gran fuerza visual que avalan el talento de Brando. Imagino que ese es el motivo por el que en 2016 fue restaurado por Universal Pictures en colaboración con The Film Foundation. Personalidades cinematográficas relevantes como Scorsese y Spielberg participaron en dicha recuperación, ya que son muchos los que, como Francis Ford Coppola, sienten verdadera admiración por One-eyed Jacks.


Ojalá esta versión mejorada llegue también a cines y plataformas y podamos disfrutarla. De momento tenemos que contentarnos con las copias de bastante mala calidad que circulan por ahí. Pese a todo, muy recomendable.

 Fue la primera y la única que dirigí, aunque mi intención era que la dirigiese Stanley Kubrick, pero no le gustó el guión. Lo mandé entonces a Sidney Lumet, a Gadg [Elia Kazan], y luego a dos o tres directores más, pero nadie quería hacerla, así que tuve que dirigirla yo mismo. Rodamos la mayor parte en Big Sur y en la península de Monterrey, donde me acosté con mujeres hermosas y me reí muchísimo». Marlon Brando

https://test.jotdown.es/2019/10/pude-haber-sido-un-primera-serie/

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