sábado, 7 de diciembre de 2019

El ángel azul



El profesor Inmanuel Rath da clases en el liceo de una ciudad alemana cualquiera. Sus alumnos adolescentes se pasan a escondidas fotos de Lola Lola, la mayor atracción del ángel azul, un cabaret destartalado de los suburbios de esa ciudad alemana cualquiera. Así empieza Der blaue Engel, El ángel azul (1930) de Josef Von Sternberg, la que supuso la primera producción sonora del cine alemán. Se trata de una adaptación de la novela de Heinrich Mann, hermano del conocidísimo Thomas Mann y publicada en 1905.                   
Josef Von Sternberg deseaba rodar en alemania una gran producción sonora y para ello buscó y consiguió la producción de la UFA (principal estudio de cine alemán durante la República de Weimar y el Tercer Reich) y eligió a un gran actor, Emile Jannings, con el que ya había trabajado en anteriores filmes. Para encarnar a la bella Lola Lola Von Sternberg se decidió por Marlene Dietrich, una actriz de cine y teatro conocida en alemania pero sin grandes producciones en su carrera. El ángel azul supuso su salto al estrellato y a Hollywood.
"La señorita Dietrich vino a mi despacho esa misma tarde y no hizo el menor intento para despertar mi interés. Se sentó en el borde de un sofá, frente a mi mesa, con la mirada baja: la indiferencia hecha mujer", esto escribió Sternberg en sus memorias (Ediciones J.C).
Empezaba así una fructífera relación profesional que daría lugar a 7 películas juntos. Ella siempre dijo que Von Sternberg fue quien mejor la dirigió, además de su Pigmalión. Para él, Dietrich fue la musa que lo catapultó al éxito.


Josef Von Sternberg y Marlene Dietrich

La historia de El Ángel azul es casi como un cuento con su moraleja. El profesor Rath es un maestro rígido y severo que reprende siempre que puede a sus alumnos por su baja moral. Ellos le apodan profesor Unrat (basura en alemán) en un juego de palabras que en realidad es el título de la novela. Una noche el profesor acude al cabaret donde actúa esa seductora mujer para poder sorprender allí a sus alumnos más desobedientes y provocadores. Entre bambalinas y tocadores se da de bruces con la bella Lola y queda prendado de sus encantos, como no puede ser de otro modo.
Lola Lola es lista y pícara. Conoce su oficio. Marlene Dietrich interpreta a la perfección a esa “vamp” germánica, fría e indiferente que embauca a el viejo profesor atrapándolo en una espiral de degradación física y mental que lo lleva hasta el ridículo  y a la expulsión del liceo. En todo este recorrido del personaje desde la rectitud y la moral hasta la más baja humillación, Von Sternberg utiliza algunos recursos que me han parecido muy notables.
Primero, el uso de escenas mudas acompañadas de una gran capacidad expresiva del actor Emile Jannings. Aún siendo una película sonora no siempre utiliza los diálogos para desarrollar la historia. El cine mudo sigue muy presente aún (Fritz Lang no realizó su primera película sonora hasta 1931) y Jannings emplea la fuerza de la gesticulación para potenciar el dramatismo de la trama. Otro recurso que me ha llamado la atención es todo el conjunto de extravagantes personajes que integran la compañía cabaretesca y que acompañan a Unrat hasta el delirio y la locura. Ese payaso triste, sin gracia alguna, siempre reprendido por el maestro de ceremonias e ilusionista se convierte en una metáfora genial de lo que está a punto de sucederle a él irremediablemente.
A destacar también la risa bufona que Lola no puede contener cuando el profesor la pide en matrimonio, de manera muy ceremoniosa. Un acierto del sonoro, sin duda, que ayuda a definir aún más a ambos personajes: la mujer superficial y manipuladora y el viejo crédulo e iluso.

Emile Jannings y Marlene Dietrich
A nivel técnico mencionar dos travellings muy significativos que Von Sternberg coloca en momentos clave para la historia, y que están rodados exactamente igual. En ambos aparece el profesor Unrat sentado en su clase del liceo y la cámara va alejándose lentamente mostrando los pupitres vacíos, empequeñeciéndolo a él. Con este efecto de profundidad el director consigue ahondar en la humillación del personaje, teatralizándolo. Von Sternberg termina la película precisamente con este travelling, dejando al espectador inmerso en castigadoras moralinas.

El Ángel azul fue un éxito de taquilla. El uso expresivo del sonido lo cambió todo. Atrás quedaría el expresionismo alemán. Algunos se adaptarían con maestría (Lang) y otros sin embargo no lograron hacerlo (Murnau), pero no hay duda de la gran impronta que dejó en los cineastas alemanes posteriores. También en El ángel azul hay reminiscencias expresionistas.
Os reto a que las descubráis!




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