martes, 24 de diciembre de 2019

Her



"Enamorarse es como una forma de locura socialmente aceptable"

Cuando intentas empezar a escribir una reseña para Her (Spike Jonze, 2013) buscando quizás cómo clasificarla, te acabas convenciendo que en realidad no importa demasiado la definición, ni si encaja en uno u otro estilo. He leído por ahí que Her es una película romántica de ciencia-ficción. Bueno, pues en cierto modo sí. Es una película sobre el amor en un futuro no tan lejano.

Her se estrenó en 2013, cuando las nuevas tecnologías ya estaban plenamente inmiscuidas en nuestras vidas y cuando las redes sociales vivían un auge que parece no haber terminado aún. No he tenido la oportunidad de ver este filme hasta 2019 y sí me parece que no debió ser lo mismo verla 6 años antes, aún hablando de algo tan universal como el amor. Y eso no significa que la haya atropellado el paso del tiempo, para nada!  ¿Qué son 6 años...?  Lo que el viento se llevó acaba de cumplir 80. Pero ese punto futurista en el que se desarrolla la película queda cada vez más desdibujado por la rapidez en la que cambia nuestro mundo y sobretodo la manera de relacionarnos entre nosotros. Twitter nació en 2006, Instagram en 2010 y la conocida aplicación para encontrar pareja, Tinder, fue creada en 2012. Así que no es raro pensar que cada año que pasa Her parece menos futurista....

La película arranca presentándonos a Theodor (Joaquin Phoenix), un hombre que trabaja escribiendo cartas para otros en lo que ya nos venden como un método de comunicación “vintage”. En lo profesional le va muy bien pero se encuentra solo, aislado y sumido en una melancolía perpetua pegada a él noche y día. Se está separando de su mujer Catherine, por decisión de ella, y sin entender demasiado bien el porqué, así que decide vencer esa soledad empezando una relación personal con un O.S (sistema operativo), diseñado exclusivamente para satisfacer todas sus necesidades. Samantha (Scarlett Johansson) entra en su vida y arrasa con todo.



                                                                                                Theodor crea su O.S


Que Theodor se enamore de Samantha resulta quizás más raro para Theodor que para el propio espectador. No cuenta con que las inteligencias artificiales, fruto de la programación, puedan desarrollar emociones hasta el punto de enamorarse. Tampoco Samantha comprende bien qué le pasa. No ha sido diseñada para ello, se lo encuentra de golpe y lo gestiona como puede. Para ella es su primera vez, y lo vive con tanta intensidad y pureza como quizás lo vivimos nosotros en nuestros primeros amores.

Al final Her es la historia de un enamoramiento, y hay que reconocer que en lo narrativo Jonze acierta de pleno. Construye un mundo muy íntimo entre ambos personajes en el que el espectador se siente siempre incluído, retratando situaciones, comportamientos y emociones en los que todos nos reconocemos.
Her consigue que nos enamoremos con ellos, que vivamos esa euforia, esa complicidad, esa necesidad del otro.... pero también la ansiedad, la frustración, los celos y el desamor. Cabe todo porque todo eso es el amor. Cuánto más se ama más se sufre y ni Theodor ni Samantha van a salir indemnes. Por supuesto el espectador tampoco.

                      Joaquin Phoenix como Theodor


El guión está firmado exclusivamente por Spike Jonze y se llevó el Oscar y el Globo de Oro por mejor guión original en 2013, y no es para menos. A destacar los diálogos interiores de Theodor intentando comprender en qué momento está, preguntándose si ya ha sentido todo lo que se podía sentir, por qué decepciona a todos a su alrededor...
Otro de los aciertos del filme es la maravilla de relación que tienen Theodor y Amy, interpretado brillantemente por Amy Adams, y que señala cuán importante es escuchar sin juzgar, comprender o simplemente estar.  Ambos se necesitan para curarse, para cuidarse, en esa nueva vida que hay después de la pérdida del amor.

                                                         Amy y Theodor

Técnicamente no hay duda que es, además, una película bella. Es cierto que abusa un poco de los tonos cálidos, amarillentos y anaranjados, dándole tintes un poco Mr.Wonderful en algunas ocasiones, pero en general no molesta. Es una película muy luminosa en la que las escenas nocturnas se asocian siempre a la melancolía, la introspección y la soledad. Jonze hace uso de la oscuridad y de la nieve (¿¿¿en L.A.???) para su escena de la ruptura, hecho que le da mayor dramatismo y trascendencia. La música, a cargo del grupo Arcade Fire, es minimalista en su esencia y es otro acierto en la contrucción de ese mundo tan íntimo.

En mi opinión Her es una película que va de menos a más, consiguiendo hacer verosímil lo imposible (¿o no tan imposible?), mérito de la historia pero también de Phoenix y Johansson en sus interpretaciones. Me deja en la curiosidad de saber como soportará el paso del tiempo, como se verá en 10, 15 o 20 años y si las generaciones venideras podrán emocionarse como lo hemos hecho nosotros o simplemente lo verán como algo muy normal: otra película más sobre el amor.

Como anécdota decir que Jonze rodó toda la película con la voz de Samantha Morton en el papel de Samantha pero como no quedó convencido decidió sustituirla por Scarlett Johansson, que no pudo ser nominada a ningún premio por no aparecer físicamente en el filme. Sinsentidos académicos.
Desde Her Spike Jonze no ha rodado nada más. Esperemos que no sea el síndrome de la obra maestra y pueda ofrecernos otra historia original, emotiva y cercana como ésta.... o no.

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